El escaso éxito que ha tenido el último disco de la cantante estadounidense, Bionic, frente al boom de Lady Gaga tiene un culpable claro: la compañía discográfica, que buscó contrarrestar la moda alterando el trabajo que Aguilera había planeado como un estelar retorno al mundo de la música.
Bionic era un lanzamiento clave para Christina Aguilera. Llevaba apartada del mundo de la música desde 2006, cuando publicó Back to Basics, un disco con una marcada influencia de la música de principios del siglo XX, para después tomarse una pausa para ser madre.
Esos cuatro años alejada del mercado le pasaron factura. Britney Spears, Katy Perry, Rihanna... pero, sobre todo, Lady Gaga, en la cúspide de su éxito internacional saturaban el panorama musical de divas del pop con influencias electrónicas.
El retorno de Christina Aguilera debía ser por todo lo alto y en ello puso su empeño. Sin embargo, no le salió como esperaba. Pese a que Not Myself Tonight se coló en las listas de éxitos, el resto de lanzamientos fueron perdiendo fuelle hasta que la cantante se vio obligada a suspender la gira que tenía prevista.
Según Ladytron, alias tras el cual se hallan los productores Reuben Wu y Daniel Hunt, la culpa del fracaso fue de la propia discográfica, que se empeñó en alterar el producto final que les había presentado Christina Aguilera para hacerla competir con LadyGaga.
"A mí me presentó el disco en el formato original. Estaba en el sonido correcto, pero la compañía lo mandó todo a la mierda, sinceramente", explica Hunt en declaraciones a 'After LD', considerando que "todo habría ido mejor" si hubieran dejado a la cantante hacer "lo que ella tenía en mente".
"Creo que si hubiera hecho lo que ella tenía en mente podría haberse apartado de cualquier comparación con Lady Gaga, que, en ese momento, era su peor pesadilla. Lo habría hecho de manera inteligente y ahora se habría reinventado, pero su compañía discográfica quería ponerla frente a Gaga", añade el productor.
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